tag:blogger.com,1999:blog-1737138315185067090.post6554212270053014013..comments2023-02-08T10:05:25.822-03:00Comments on Dibujando con luz...: Rosa...María de los Ángeleshttp://www.blogger.com/profile/15732201303208257463noreply@blogger.comBlogger3125tag:blogger.com,1999:blog-1737138315185067090.post-88427386225523396982008-06-21T17:00:00.000-03:002008-06-21T17:00:00.000-03:00Te dejo uno de los poemas que más me gustan. Por s...Te dejo uno de los poemas que más me gustan. Por suerte ya lo había copiado a la pc anticipando este momento unos 3 años atrás. Si uno la mira detenidamente se diría que está triste, y que esa tristeza cae del cielo, en forma de ausencia.<BR/><BR/><BR/><BR/>Utilidad de las flores (Campoamor)<BR/><BR/>I<BR/><BR/>No lo dudéis, lectores, <BR/>si hay un cielo, hay en él aves y flores.<BR/><BR/>II<BR/><BR/>Hállanse en una estancia<BR/>compitiendo en belleza y en fragancia,<BR/>frente a un espejo, una mujer hermosa,<BR/>que tiene al lado izquierdo y al derecho,<BR/>en aquel una cuna, en éste un lecho,<BR/>y en la mesa, en un búcaro, una rosa;<BR/>y en tanto que la rosa la embalsama,<BR/>mira la madre, tierna cual ninguna,<BR/>con el afán del que ama,<BR/>a una niña menor que está en la cuna<BR/>y a otra enferma y mayor que está en la cama;<BR/>y con madre tan bella<BR/>y con hijas tan niñas y agraciadas,<BR/>hace la rosa de la estancia aquella<BR/>un jardín habitado por las hadas.<BR/><BR/>III<BR/><BR/>Nieves, que es un modelo<BR/>de humanas y divinas perfecciones,<BR/>tiene algunas pasiones,<BR/>mas todas pasan antes por el cielo.<BR/>En su noble apostura,<BR/>acaso lo de menos es ser bella,<BR/>porque, además de hermosa, brilla en ella<BR/>la bondad que hermosea la hermosura;<BR/>y al mismo tiempo encantadora y pura,<BR/>le sale tan de adentro ser graciosa,<BR/>que cuando va a la iglesia y presurosa,<BR/>uniendo lo gentil a lo sencillo,<BR/>hacia el altar sus pasos se aproximan,<BR/>creen que ven a la Virgen, y se animan<BR/>unos niños de un cuadro de Murillo.<BR/><BR/>IV<BR/><BR/>Hay hombre que sediento,<BR/>no a gotas, a oleadas<BR/>bebe el opio volátil de su aliento,<BR/>pues Nieves es un hada que en el viento<BR/>escribe himnos de amor con las miradas,<BR/>y si en casos de fe cree en lo increíble,<BR/>a toda presunción indiferente,<BR/>no cree que es su belleza irresistible.<BR/>Contempladla de frente.<BR/>¿Fue Venus más hermosa? Es imposible.<BR/>Miradla ahora de perfil. ¿No es cierto<BR/>que es mi madre en persona?...<BR/>Pero ¡ay! lector, perdona;<BR/>¡siempre me olvido que mi madre ha muerto!<BR/><BR/>V<BR/><BR/>Aunque la niña grande es ya perita<BR/>en coordinar las flores que diseca,<BR/>lo que escucha a los hombres en visita<BR/>se lo cuenta después a su muñeca.<BR/>Y si aun ve como sombras los reflejos<BR/>del sol de las pasiones,<BR/>y encima de sus ojos, aunque lejos,<BR/>ya cierne el porvenir sus ilusiones,<BR/>flotando vagamente sus razones<BR/>de la inocencia en las tranquilas aguas,<BR/>ya sabe por sus propias reflexiones<BR/>que una niña es un niño con enaguas,<BR/>y un hombre una mujer con pantalones.<BR/><BR/>VI<BR/><BR/> Y aunque la grande a la menor desdeña<BR/>con todas sus potencias y sentidos,<BR/>porque viste de encajes cuanto sueña<BR/>y sabe un cuento o dos de aparecidos,<BR/>la niña más pequeña,<BR/>que no quiere por celos a su hermana,<BR/>siempre está más risueña<BR/>que al abrirse una flor por la mañana;<BR/>y si la grande encanta<BR/>por su rostro expresivo,<BR/>la más niña es alegre sin motivo,<BR/>como el pájaro canta porque canta.<BR/><BR/>VII<BR/><BR/> Al alumbrar la luz, casi apagada<BR/>por una bomba de cristal filtrada,<BR/>madre e hijas tan bellas,<BR/>parece aquella estancia iluminada<BR/>por la luz interior que sale de ellas.<BR/>Y como Nieves, por amor, prudente,<BR/>para verlas a un tiempo y fácilmente,<BR/>sin que estén las dos niñas envidiosas,<BR/>pone el espejo enfrente;<BR/>mirándolas con aire indiferente<BR/>de una a otra, ya fijas, ya indecisas,<BR/>envueltas en miradas cariñosas,<BR/>vienen y van, y vuelan las sonrisas,<BR/>lo mismo que si fuesen mariposas.<BR/><BR/>VIII<BR/><BR/> Son flores y mujeres tan iguales,<BR/>que forman en la estancia de la hermosa<BR/>cuatro flores cabales<BR/>la madre, las dos niñas y la rosa.<BR/>Y cuando llamo a las mujeres flores<BR/>es que quiero, lector, que consideres,<BR/>aunque ya lo sabrás por tus amores,<BR/>que aseguran doctores, muy doctores,<BR/>que son flores con alma las mujeres.<BR/><BR/>IX<BR/><BR/>La niña de la cuna, que veía<BR/>aquella rosa fresca y sonriente<BR/>que acaso, acaso al asomarse el día<BR/>se le cayó a la aurora de la frente,<BR/>cual si fuese algún pájaro pequeño<BR/>que ansiase comer flores en el nido<BR/>pedía con empeño<BR/>la rosa que en el búcaro veía,<BR/>y que por cierto para verla abría<BR/>unos ojos de a metro mal medido;<BR/>y una vez y otra vez, voluntariosa,<BR/>como todas las niñas muy mimadas,<BR/>poniendo el alma entera en sus miradas<BR/>pedía aquella rosa<BR/>pronunciando unas frases mal formadas<BR/>que podían decir cualquiera cosa.<BR/>Y sabiendo las niñas muy pequeñas<BR/>la lengua universal de hablar por señas,<BR/>lo que la niña ansía<BR/>con señas del más puro castellano<BR/>haciendo líneas curvas con la mano<BR/>en el viento lo escribe.<BR/>¡Qué modo de decir tan soberano! <BR/>¡Sería un orador ciceroniano <BR/>si supiera charlar lo que concibe!<BR/><BR/>X<BR/><BR/>La madre encantadora y encantada,<BR/>después de oírla hablar con la mirada,<BR/>con un celo, por gracia, algo tardío,<BR/>dijo al darle la flor: -¡Toma, bien mío!-<BR/>La niña, alegre y con presteza rara,<BR/>se aproximó la rosa a aquella cara<BR/>más fresca que otra rosa con rocío:<BR/>y, apretando la flor apetecida,<BR/>poco después la niña caprichosa,<BR/>en hechicera desnudez dormida,<BR/>cayó en un sueño de color de rosa.<BR/>¡Oh trasunto feliz de mis amores!<BR/>¡La niña es una imagen de la vida:<BR/>pide con ansia flores,<BR/>las disfruta... se duerme... y las olvida!<BR/><BR/>XI<BR/><BR/> Mas Nieves cuidadosa,<BR/>sabiendo la presteza<BR/>con que puede la niña ajar la rosa,<BR/>la coge presurosa<BR/>y da asilo a la flor en su cabeza.<BR/>Pero como hoy, lo mismo<BR/>que en los días de amor del tiempo viejo,<BR/>atrae a las mujeres un espejo<BR/>como atrae a los hombres un abismo,<BR/>el verse con la flor en la cabeza<BR/>del muerto amor le recordó las glorias,<BR/>y, excitada de nuevo su terneza,<BR/>dando un tierno repaso a sus memorias<BR/>le recuerda la flor en los cabellos<BR/>que son el fruto de su amor perdido<BR/>los ángeles aquellos;<BR/>y al mirar a uno enfermo, a otro dormido,<BR/>se llenaron, pensando en su marido,<BR/>de lágrimas y luz sus ojos bellos!<BR/> Y siendo interminables las mujeres<BR/>en recorrer memorias hechiceras<BR/>cuando idolatran seres<BR/>elevados al rango de quimeras,<BR/>después, con embeleso,<BR/>vio un diamante muy grueso<BR/>que en su anillo nupcial resplandecía<BR/>como la chispa eléctrica de un beso,<BR/>e inclinándose a un lado y otro lado<BR/>en memoria del padre idolatrado<BR/>dio a sus hijas con labio enardecido<BR/>un beso muchas veces repetido;<BR/>porque al besar la madre a un hijo amado<BR/>besa a un tiempo al amor de que ha nacido.<BR/><BR/>XII<BR/><BR/>¡Así, la misma rosa<BR/>que el sueño perfumó de la inocencia,<BR/>honró con su presencia<BR/>el sueño del amor de aquella hermosa,<BR/>viuda sin consuelo y madre tierna,<BR/>que tan sólo comprende<BR/>ese amor absoluto que se extiende<BR/>de la vida mortal hasta la eterna!<BR/><BR/>XIII<BR/><BR/> Mas ¡oh Dios! de la niña agonizante<BR/>en las formas divinas<BR/>la vida se enfriaba a cada instante,<BR/>cuando puso de pronto en su semblante<BR/>la tisis unas manchas purpurinas;<BR/>y al ver por la tristeza de su risa<BR/>que la muerte llegaba a toda prisa,<BR/>la madre, desolada,<BR/>se preguntó con la mirada: -¿Es cierto?-<BR/>Y la niña, más pálida que un muerto,<BR/>-Es cierto -dio a entender con la mirada.<BR/> Y siguiendo un gemido a otro gemido,<BR/>cuando ya sus mejillas<BR/>pasaban de amarillas<BR/>hasta un azul subido, muy subido,<BR/>su garganta hechicera<BR/>imitaba en su angustia lastimera<BR/>el rítmico sonido<BR/>que hace la hoz segando en la pradera.<BR/>¡Y al ver la madre que de angustia llena<BR/>se quedará viviendo<BR/>como un marino en tierra que sintiendo<BR/>la nostalgia del mar muere de pena,<BR/>jura al cielo sufrir cristianamente,<BR/>verdadera creyente<BR/>de esas que van con valerosos pechos<BR/>luchando con las penas, frente a frente,<BR/>porque saben que flota providente<BR/>un eterno ideal sobre los hechos!<BR/><BR/>XIV<BR/><BR/> Y en aquel mismo día<BR/>en que ya se veía<BR/>que quemaba los pámpanos el hielo,<BR/>la niña, que al morir se sonreía,<BR/>se trasladó desde la cama al cielo:<BR/>¡y la madre, entre tanto,<BR/>con las manos en cruz y de rodillas,<BR/>saboreaba, besando sus mejillas,<BR/>el dejo amargo de su propio llanto:<BR/>pero, en sufrir experta,<BR/>ni siquiera solloza,<BR/>por no turbar el sueño de que goza<BR/>la niña viva ante la niña muerta! <BR/><BR/>XV<BR/><BR/> Así acabó esta historia sin historia.<BR/>Y al protestar mi pecho compasivo,<BR/>que ve Dios desde el trono de su gloria,<BR/>que es por la niña mi dolor tan vivo<BR/>que el llanto que me arranca su memoria<BR/>humedece esta pagina en que escribo;<BR/>diré que Nieves, de pesar transida<BR/>junto a la niña muerta,<BR/>aunque al verla tan bella, queda incierta<BR/>si está muerta o dormida,<BR/>para aumentar sin duda su belleza<BR/>le puso entre las manos, afligida,<BR/>la rosa que arrancó de su cabeza.<BR/> No hay para los humanos<BR/>ni honor más grande ni mayor consuelo;<BR/>¡morir con una flor entre las manos,<BR/>es morir abrazados con el cielo!<BR/><BR/>XVI<BR/><BR/>De este modo en un día<BR/>aumentando el dolor o la alegría<BR/>de fantasmas ya tristes, ya risueños,<BR/>la única rosa que en la estancia había<BR/>fue el honor y el testigo de tres sueños<BR/>Y ¿no es verdad, lectores,<BR/>que pueden ser en casos semejantes<BR/>más útiles las flores<BR/>que las perlas, el oro y los diamantes,<BR/>cuando pudo una rosa de esta suerte<BR/>perfumar y adornar con su presencia<BR/>el sueño angelical de la inocencia,<BR/>el sueño del amor y de la muerte?.Florizel De Bohemiahttps://www.blogger.com/profile/01271237254910007669noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1737138315185067090.post-45672160095279481882008-05-26T09:52:00.000-03:002008-05-26T09:52:00.000-03:00Qué foto increíbleeeeeee. Esa rosa resplandeciente...Qué foto increíbleeeeeee. Esa rosa resplandeciente, una tormenta asomando detrás, un claro de cielo -pequeño pequeño- queriendo salvarse, y la rosa... ajena, bella, imponente. <BR/><BR/>Felicitaciones, esta foto se lleva todos mis elogios. <BR/><BR/>Se la voy a pasar a mi mamá que ama las rosas. Gracias.Paula Mariposahttps://www.blogger.com/profile/10744725250859095176noreply@blogger.comtag:blogger.com,1999:blog-1737138315185067090.post-69763076407274762008-05-26T00:59:00.000-03:002008-05-26T00:59:00.000-03:00"...sólo se ve con el corazón..." y cuánto ve tu c..."...sólo se ve con el corazón..." y cuánto ve tu corazón!, Marula...y cómo no vas a ver lo esencial con un corazón tan grande!<BR/>hermosa la flor, hermosa vos.ana.https://www.blogger.com/profile/17902210965144103378noreply@blogger.com