sábado, 31 de enero de 2009
"Yo no sé de la infancia
más que un miedo luminoso
y una mano que me arrastra
a mi otra orilla.
Mi infancia y su perfume a pájaro acariciado."
Alejandra Pizarnik.
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Ricky y Feli
miércoles, 28 de enero de 2009
lunes, 26 de enero de 2009
Agoniza la tarde...
Ya sé que los entendidos en Fotografía dirán que el sol está demasiado centrado...pero no hay caso...soy un poco terca para estas cuestiones...
sábado, 24 de enero de 2009
Ante un anhelo
No morir conmigo misma, abandonada y sola, en la más densa roca de una isla desierta. En el instante un ansia suprema de claveles, y en el paisaje un trágico horizonte de piedra.
Mis ojos todos llenos de sepulcros de astro, y mi pasión, tendida, agotada, dispersa. Mis dedos como niños, viendo perder la nube y mi razón poblada de sábanas inmensas.
Mis pálidos afectos retornando al silencio ¡hasta el amor, hermano derretido en mi senda! Mi nombre destorciéndose, amarillo en las ramas, y mis manos, crispándose para darme a las yerbas.
Incorporarme el último, el integral minuto, y ofrecerme a los campos con limpieza de estrella doblar luego la hoja de mi carne sencilla, y bajar sin sonrisa, ni testigo a la inercia.
Que nadie me profane la muerte con sollozos, ni me arropen por siempre con inocente tierra; que en el libre momento me dejen libremente disponer de la única libertad del planeta.
¡Con qué fiera alegría comenzarán mis huesos a buscar ventanitas por la carne morena y yo, dándome, dándome, feroz y libremente a la intemperie y sola rompiéndome cadenas!
¿ Quién podrá detenerme con ensueños inútiles cuando mi alma comience a cumplir su tarea, haciendo de mis sueños un amasijo fértil para el frágil gusano que tocará a mi puerta?
Cada vez más pequeña mi pequeñez rendida, cada instante más grande y más simple la entrega; mi pecho quizás ruede a iniciar un capullo, acaso irán mis labios a nutrir azucenas.
¿Cómo habré de llamarme cuando sólo me quede recordarme, en la roca de una isla desierta? Un clavel interpuesto entre el viento y mi sombra, hijo mío y de la muerte, me llamarán poeta.
"Poema para mi muerte", Julia de Burgos
No morir conmigo misma, abandonada y sola, en la más densa roca de una isla desierta. En el instante un ansia suprema de claveles, y en el paisaje un trágico horizonte de piedra.
Mis ojos todos llenos de sepulcros de astro, y mi pasión, tendida, agotada, dispersa. Mis dedos como niños, viendo perder la nube y mi razón poblada de sábanas inmensas.
Mis pálidos afectos retornando al silencio ¡hasta el amor, hermano derretido en mi senda! Mi nombre destorciéndose, amarillo en las ramas, y mis manos, crispándose para darme a las yerbas.
Incorporarme el último, el integral minuto, y ofrecerme a los campos con limpieza de estrella doblar luego la hoja de mi carne sencilla, y bajar sin sonrisa, ni testigo a la inercia.
Que nadie me profane la muerte con sollozos, ni me arropen por siempre con inocente tierra; que en el libre momento me dejen libremente disponer de la única libertad del planeta.
¡Con qué fiera alegría comenzarán mis huesos a buscar ventanitas por la carne morena y yo, dándome, dándome, feroz y libremente a la intemperie y sola rompiéndome cadenas!
¿ Quién podrá detenerme con ensueños inútiles cuando mi alma comience a cumplir su tarea, haciendo de mis sueños un amasijo fértil para el frágil gusano que tocará a mi puerta?
Cada vez más pequeña mi pequeñez rendida, cada instante más grande y más simple la entrega; mi pecho quizás ruede a iniciar un capullo, acaso irán mis labios a nutrir azucenas.
¿Cómo habré de llamarme cuando sólo me quede recordarme, en la roca de una isla desierta? Un clavel interpuesto entre el viento y mi sombra, hijo mío y de la muerte, me llamarán poeta.
"Poema para mi muerte", Julia de Burgos
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Julia de Burgos
jueves, 22 de enero de 2009
miércoles, 21 de enero de 2009
"Dormir en el barrio de Flores es una experiencia notable. Todos sabemos que allí se sueñan cosas muy extrañas. Las causas de este fenómeno han sido examinadas por tratadistas de toda laya.
Los meteorólogos, astrólogos y vendedores de elixires han creído explicar el asunto sosteniendo que los cuerpos celestes y los vientos cruzados ejercen influencias sobre las mentes soñadoras.
Los médicos y sacamuelas insisten en que la culpa es del ruido provocado por los automóviles y la banda de patoteros que noche a noche recorren la barriada tirándole piedras a la luna.
Naturalmente, estas teorías no seducen a los hombres sensibles. Éstos prefieren creer en la responsabilidad del Ángel Gris. Y en realidad, apenas cabe dudar que el Ángel Gris reparte sueños desde el anochecer hasta el alba.
Tiene una canasta llena. Allí hay sueños para todos."
de "Crónicas del Ángel Gris", de Alejandro Dolina.
sábado, 10 de enero de 2009
jueves, 8 de enero de 2009
Resignación...
"Si Dios lo quiso así
este será mi camino..."
(el camino está claro pero...cómo se sigue sin ruedas...??)
miércoles, 7 de enero de 2009
lunes, 5 de enero de 2009
"Nada ansío de nada,
mientras dura el instante de eternidad que es todo,
cuando no quiero nada."
Oliverio Girondo
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Oliverio Girondo
domingo, 4 de enero de 2009
Yo caliento tus noches
encendiendo volcanes en mis manos,
mojándote los ojos con el humo de mis cráteres.
Yo he llegado hasta vos vestida de lluvia y de recuerdo,
riendo la risa inmutable de los años.
Yo soy el inexplorado camino,
la claridad que rompe la tiniebla.
Yo pongo estrellas entre tu piel y la mía
y te recorro entero,
sendero tras sendero,
descalzando mi amor,
desnudando mi miedo.
Yo soy un nombre que canta y te enamora
desde el otro lado de la luna,
soy la prolongación de tu sonrisa y tu cuerpo.
Yo soy algo que crece,
algo que ríe y llora.
Yo, la que te quiere.
Yo, la que te quiere. de Gioconda Belli
sábado, 3 de enero de 2009
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