domingo, 3 de agosto de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Entre las muchas formas de combatir la nada, una de las mejores es hacer fotografías. Julio Cortazar
"Después de todo, la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida..."
Mario Benedetti
Nunca lo olvidaremos, Maestro...
4 comentarios:
Tal vez sean nuestros recuerdos tristes las cicatrices del alma, no obstante seguimos de pié, como estos árboles añosos que resisten la agonía de los atardeceres de Italó...
Es así, mAnita mía...seguirán y seguiremos de pie a pesar de las cicatrices...
Gracias por poner poesía a mis imágenes...
Siempre admirando tus fotografías, qué buenas son!
Es notable ver como el árbol va escondiendo sus cicatirces (tantas que tiene) y las va tapando con su gruesa corteza, tal vez a nosotros nos pase lo mísmo, pero como al árbol, un poco se nos notan...las cicatrices...
Estas imágenes me hacen pensar en el misterio de la vida.
Y me hicieron recordar que mis abuelos maternos tenían una casita en el campo, en provincia de Buenos Aires. Un lugar que se llama Cascallares.
Había muchos árboles. Pero un buen día hubo que sacrificar a uno. Y en mi familia, que fue cruzada siempre por las pérdidas y las ausencias, fue un día de duelo. De hecho nos reunimos todos rodeando al árbol, como si fuese un velorio. Y mientras caía, muchos rompimos en llanto, y nos abrazábamos. Ya nada fue igual en Cascallares, sin ese árbol.
Yo tenía seis años. Y me acuerdo de ese momento como si hubiese sucedido ayer. Intensamente.
Gracias María, por disparar en mí tantos recuerdos.
Publicar un comentario